viernes, 27 de mayo de 2011

EL SOL SALE POR SU PUERTA

Después de negras tormentas, el uso de la Puerta del Sol por la policía franquista que torturó y asesinó cualquier tipo de disidencia del régimen, la utilización por parte del gobierno “democrático” como presidencia regional de éste, ahora sale el sol por la puerta que lleva su nombre.
El pueblo se ha echado a la calle para mostrar su rabia contra la clase política. De forma natural, sin aparentes manipulaciones políticas, en la Puerta del Sol ha surgido la autoorganización. El pueblo aprende a autogestionarse, todas las decisiones se toman en asamblea, por las calles y plazas surgen foros y comisiones de debate, se reparte comida gratis para todos/as, se organiza la vida en base al consenso y el apoyo mutuo. Todo el mundo tiene cabida, cada una/o es útil y aporta lo que puede. Se une gente mayor y gente joven, con recursos y sin ellos que aportan habilidades que son útiles para la causa.
Lo que está germinando en Sol, como en otras plazas y lugares del país no es más que la aspiración de un pueblo harto de que le exploten y le dirijan la vida. Un pueblo que de repente aprende que puede tomar sus propias decisiones y utilizar la acción directa para solucionar los problemas, sin esperar a las soluciones de una clase política al servicio de los banqueros y grandes empresas. El poder no sabe qué hacer: si lo tolera peligra su extensión, si lo disuelve, el movimiento ganará muchos más apoyos. La verdadera preocupación del gobierno es que no hay ningún partido político ni sindicato controlando el tinglado, es el pueblo llano que ha decidido tomar las riendas de su propia vida.
Todos tenemos cabida, hasta la clase dirigente, haciendo un inmenso esfuerzo pedagógico creemos tendrían cura de su mal que es el de querer ser más que los demás y pensar que sin ellos no somos nada. Pero el mundo lo han construido de arriba abajo los/as trabajadores/as, y es por ello que las únicas clases realmente prescindibles son las que viven de ese trabajo ajeno: políticos, militares, clero, aristocracia, empresarios…
Claro que es posible una sociedad en la que los temas se decidan por asamblea de manera consensuada. Los anarquistas llevamos siglos diciéndolo. Pero este movimiento, si quiere ser coherente en fines y medios, debe dar el paso de promover la emancipación del ser humano de todos los poderes que le oprimen. Si creemos que todo el movimiento debe ser absolutamente horizontal, asambleario y autogestionado ¿por qué no exigimos lo mismo para toda la organización de la sociedad? Las modificaciones de leyes y parlamentos no atacan la raíz de los problemas, solo hacen perdurar un sistema de dominación, solo dan legitimidad al poder de las clases dirigentes.
La organización en Sol no es perfecta. Las asambleas deben dividirse ya por barrios para que exista verdadera horizontalidad. Para que las propuestas surjan de cada asamblea y puedan debatirse en todas las demás para después ser tratadas en la Asamblea General Popular de Madrid. Huyendo del centralismo y cediendo la autonomía a cada barrio en su ámbito.
Horizontalidad, apoyo mutuo, acción directa y autogestión, los cuatro principios del anarquismo que, con otras nomenclaturas, empieza a surgir de nuevo de entre las frustraciones y aspiraciones de un pueblo que siempre supo buscar la libertad a través de la igualdad real. No existe más democracia real que la democracia directa, sin parlamentos, sin dirigentes, sin explotación, sin instituciones represivas. Si no somos autoritarios/as, entonces somos libertarios/as. Si gritamos “¡todo el poder a las asambleas!” hagamos que sea realidad con todas sus consecuencias.
Salud y Revolución Social
CNT-AIT
Sección Sindical en el Ayuntamiento de Madrid.

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